miércoles, 26 de noviembre de 2008
VIOLANTE
Violante era toda una mujer y toda una señora, a sus 84 años. Su muerte, en la madrugada de ayer, no aparecerá en ninguna estadística de víctimas. Y lo era. Una más entre las mujeres maltratadas. Como su marido, Pedro, uno más entre la gente mayor maltratada. A él le han quitado lo que más quería. Y a los dos su casa, su terruño, su huerta, su vida de siempre. Siempre humilde y siempre compartida.
Violante es merecedora de una placa y no esas monjas histéricas. La pondremos en nuestros corazones.
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